La casita de Nicolás

La Casita de Nicolás es una institución sin ánimo de lucro que brinda atención integral a niños y niñas en situación de vulneración y que ingresan al sistema de protección del Estado. A la vez, realiza un acompañamiento a personas y /o parejas que desean ser padres a través de la adopción, de acuerdo a los lineamientos establecidos por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

Después de la muerte del pequeño Nicolás Betancur Hernández quien había sido asesinado de la manera más injusta y cruel en 1976; su madre, María Cecilia Hernández, ingresó como voluntaria a un " Hogar en Tránsito", albergue de niños del ICBF donde permaneció por un año. Debido a las irregularidades y poca diligencia que vivió, decidió llamar e invitar a Pilar Gómez de Tamayo, actual directora de la Fundación, quién sabía podía ayudarle en dicha labor. Además, era gran amiga de su hermana Inés Helena y tenía dos niñas preciosas que habían sido adoptadas.

Allí vivieron situaciones difíciles y poco deseadas, por lo que decidieron convocar a otras dos amigas: Alice Gaviria (q.e.p.d.) y Celina García para abrir “una institución”, que, en honor a su memoria, llevara el nombre del pequeño, y fue ahí cuando se bautizó: “LA CASITA DE NICOLÁS”, pretendiendo que los pequeños que allí ingresaran, tuvieran realmente un trato amoroso y adecuado. El cuál contó con una pronta y generosa respuesta por parte del Señor Humberto Franco y su esposa Olga Estela Ramos, quienes con varios miembros del Club El Rodeo, también se hicieron presentes.

Fue entonces en el año 1978, que este grupo de conocidos, se interesó por el manejo de las adopciones en Medellín. En esa época, dicho proceso estaba solo en manos de particulares que tenían la intención de brindar un hogar lleno de cuidados y amor, a niños y niñas que esperaban poder abrazar una familia.

Por esa misma época, se conoció de cerca el estado de desnutrición de Manuel, un niño que pertenecía a una fundación municipal y que iba a ser adoptado por una pareja de suizos. Mientras esto sucedía, Pilar lo llevó a su casa y le brindó bienestar y protección.

Fue entonces, cuando se adaptó el nombre: “LA CASITA DE NICOLÁS”, junto con un logo que llevaba un niño dentro de la misma como distintivo, el cuál fue diseñado y usado al regresar a Suiza, por los papás adoptivos de Manuel, pues querían dar a conocer el lugar de donde había salido su nuevo integrante y para ofrecer esta opción de vida, a diferentes personas interesadas en formar una familia.

Desde esa época, “La Casita”, trabaja de manera incansable para brindar apoyo, velar por la salud, seguridad, integridad y calidad de vida de todos los niños y niñas durante el tiempo que dure su estadía dentro de Fundación.

La Casita de Nicolás ofrece protección integral a los niños/as y adolescentes que se encuentren en situación de vulneración de derechos a la luz del marco legal del Estado Colombiano. Dicha protección está orientada a mantener y apoyar la estructura familiar, amparando así el derecho fundamental a tener una familia, bien sea por adopción o mediante reintegro a su familia biológica.

En 2030, La Casita de Nicolás será reconocida a nivel nacional e internacional como una fundación sin ánimo de lucro, autosostenible, generadora de cambios positivos en los niños/as, adolescentes y la familia como pilar de la sociedad.

La adopción es la medida de protección ideal para establecer lazos paternos filiales que no existen por vía biológica, que permiten a los padres adoptantes brindar a niños, niñas y adolescentes un desarrollo armónico e integral, estableciendo un proyecto de vida conjunto que les permita experimentar la realización y la felicidad que toda persona busca.
El bienestar de los niños, niñas y adolescentes es un compromiso fundamental de la sociedad y el Estado Colombiano. Con el objetivo de garantizar su bienestar, se ha establecido el siguiente proceso de adopción para personas/parejas colombianas y residentes en Colombia. Importante: todas las adopciones internacionales deben llevarse a cabo a través de agencias certificadas en cada país para realizar el proceso.

En la Casita de Nicolás brindamos protección integral a niños, niñas y adolescentes que se encuentran con sus derechos vulnerados, representados en riesgos físicos, mentales o morales, mientras se define su situación legal.

La Casita de Nicolás acoge a los menores temporalmente, brindándoles todos los servicios profesionales necesarios para garantizar su bienestar psicosocial.

Con este excelente equipo de trabajo La Casita ofrece una obra llena de carisma que irradia amor a todas aquellas personas que tienen la oportunidad de vivir en forma cercana la experiencia de la adopción.

Licencia del Programa de Protección: Resolución 0180 del 28 de Enero del 201.

Por AMOR una madre renuncia a su hijo. Con AMOR lo cuidamos en LA CASITA DE NICOLÁS. Pero aún con más AMOR, una familia abre su hogar y su corazón para acogerlo.

La adopción es la medida de protección ideal para establecer lazos paternos filiales que no existen por vía biológica, y que permiten a niños, niñas y adolescentes, sin discriminación de origen o estado físico, tener un desarrollo armónico e integral. Esta medida se aplica para aquellos menores que no cuenten con una familia garante de sus derechos.

La Casita de Nicolás evalúa, selecciona y prepara a las familias solicitantes para la construcción del proyecto de vida con el niño o niña, buscando que los padres tengan claridad en sus objetivos y determinación al desear completar una familia.

La Casita de Nicolás se rige por los lineamientos del ICBF: Licencia del programa de Adopción. Resolución 14361 del 06 diciembre del 208.

Desde 1995, La Casita de Nicolás ha sido contactada por jóvenes de todas partes del mundo que fueron adoptados en la institución, y que por diferentes situaciones se encuentran en búsqueda de su historia antes de la adopción, de sus padres biológicos y de las razones por las fueron entregados en adopción.

El programa Raíces nace como respuesta a estas inquietudes de muchos jóvenes adoptados. Por medio de asesoría, acompañamiento y apoyo incondicional a cada uno de ellos, y siguiendo las normativas del ICBF que aplican para estos casos, se busca resolver las preguntas de los hijos adoptados sobre su familia biológica, de acuerdo a cada caso específico.